lunes, 23 de octubre de 2023

EL RADIANTE FULGOR DE CRISTO

    En un ay cambia una vida. Lo dormido despierta al cabo, y lo sin rumbo se encauza...
    La imagen se tornó vívida. Entre llamaradas, el sueño de brumoso sobrevino a claro.
   Atisbó mi luz solitaria un albo caballo alado de ardientes ojos como flamas, firmemente cabalgado por el Justo en la Justicia.
    El mal, ante el Santo era nada. La angustia se diluía raudo, y, como por ensalmo, la paz de DIOS me abrazaba... Henchido en Su Luz, veía retazos de un mundo alzado: feliz, amoroso y en calma.
     Desde entonces, noche y día, por ese alba sin ocaso, lidia esperanzada mi alma.

KHAAM-EL


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