jueves, 27 de agosto de 2020

LIBERACIÓN

   Comprende la esencia de comprender en su más directa e inmediata coherencia universal y no necesitarás sostener la ilusión de un 'yo comprendedor' que te separe de lo comprendido con artificiosos conceptos que fomentan la incomprensión, que perpetúan la ignorancia en nombre del saber, que se pierden en lo superficial obviando lo mollar. Ahora, aquí, abre tu mente, esponja tu corazón. Comprende de veras y comulga con el instante al instante. No hay mañana, sino hoy; no hay ayer, sino hoy. Porque tanto lo que se piensa, se cree o se siente acerca del mañana o del ayer siempre es hoy. Avanza deteniendo tu impulso separativo. Encuentra dejando de buscar en lo externo y ajeno a ti. Entra en lo inefable saliendo de lo conjeturable. Vuela hacia la luz saliendo de las mundanas rejas con las que el ego quiere apresarte tras la tenebrosa distorsión que hace de la vida. Pide dar de verás y recibirás en plenitud. ¡Despierta! No más sueños de especial logro y la pesadilla del fracaso se tornara, de súbito, imposible. ¡Bendiciones! ¡Al fin sabes! No temer al miedo ni anhelar el deseo es Liberación; lo otro, condena y prisión. El mal, el odio, el diablo y el resentimiento no poseen existencia real; parecen existir por habérsele dado crédito al separativo pensamiento que juzga que el prójimo es el malvado, el odiador, el seguidor del diablo y el ofensivo, más cuando el prójimo deja de ser considerado como alguien aparte, se descubre felizmente que todo el dolor que se le achacaba y responsabilizaba no tiene significado ni sentido en la infinitud de Lo Uno sin opuesto, de Lo Bondadoso, Amoroso, Santo y en Indisoluble Comunión... porque La Divina Unicidad es la Verdad y la Vida que nos hace libres de la opresión de la mentira y la muerte.

KHAAM-EL



No temas al temor ni anheles desear lo separativo...
Ve más allá de la ciega esclavitud  egoica
que al resentimiento y al desprecio del otro nos tentaba
y seamos -de veras- libres en la fraterna unicidad del Espíritu,
en la bienaventurada Luz de lo Santo
que trasciende la mismísima muerte
para llevarnos en volandas hasta el Infinito Amor de DIOS.



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