domingo, 30 de agosto de 2020

MISERICORDIA INFINITA

   Acepta el yerro que el deseo de ser especial, exclusivo y aparte inevitablemente conlleva; vivenciarás la liberación de las gravosas cargas del sufrimiento, la carencia y la muerte de inmediato, aquí y ahora, sea cual fuere el lugar y la circunstancia en la que estuvieres. Reconocer el error (que ofrece frutos amargos y venenosos) en su raíz permite arrancarlo por completo y en su sitio, ahora purificado, plantar la corrección que dé ciento por uno de fruto bueno, nutricio y sabroso. La humildad afina la intuición que nos abre al corazón a la pureza en la que nace en lo más hondo de uno el fruto de los frutos, la vida de las vidas, la luz de las luces: Cristo... el Hijo de DIOS. Naturaleza Sagrada que en esencia todos somos: Lo Indiviso en la multiplicidad, Lo Santo en lo enfrentado, Lo Jubiloso en lo pesaroso, La Bendición que trasciende todo tormento y cruz, La Vida Eterna que se desprende de la carne cual mariposa que sale de su capullo de seda para volar libre y en paz. Deja, en consecuencia, atrás la personal manera de relacionarte; permite que todas tus relaciones sean renovadas gracias a la gracia, sin esfuerzo alguno por tu parte, sin cavilación alguna que planificar, de manera sencilla e inesperada. Sé generoso de veras en tu manera de convivir y serás generoso contigo aunque en principio parezca lo contrario. No te quedes con nada ni nadie sólo para ti o con unos pocos especiales con los que esconderte de lo que te asusta distrayéndote con placeres, poderíos o tesoros que el tiempo acaba por engullir. Pide fe viva, discernimiento, la verdad... Da un paso adelante y no te establezcas donde el pensar del mundo señala como lo mejor. Ten valor. Abandona el pensar egoico que es ponzoña para el alma, a la vez que confusión, vanidad y locura para la razón; en su lugar, vacío de lo vano y ponzoñoso, lo inefable te colma. Ahora, nada puede irte mal en lo esencial, la paz de espíritu es tu colchón y la fortaleza de lo eterno es tu determinación. Ya no piensas como el mundo quiere que pienses; piensas con Amor, descansas y laboras sólo en/con DIOS. Por tanto, visto lo visto, no temas, confía y comprende que dar es el acto por el que sabes que hay, por el que sabes que nunca faltará. Date, pues, enteramente al bien esencial de tu prójimo y te sabrás en plenitud. Regocíjate de que no haya más poder que el poder de DIOS. Sí, amig@, no te apoyes en el ego, dáselo gustosamente a ÉL y, sin dilación, recuperarás lo que es bienaventuranza de todos (entre los que sin duda te encuentras), sin exclusiones ni imperdonables castigos que valgan. Porque la Misericordia Infinita que el Amor de DIOS irradia sobre el pecado que parece asolar el mundo lo transforma en un absurdo error subsanado por Su inconmensurable gracia, merced al reconocimiento de la naturaleza espiritual que hay tras la egótica identificación con el cuerpo y el mundo derivado de esta falaz identificación. Más, ante el infinito Amor de DIOS, el ego es un imposible que pareció únicamente existir en una ilusión temporaria que en lo fundamental jamás tuvo consecuencias sobre la inmaculada realidad de lo eterno, santo e inefable. No condenes ni temas, y, en la medida que perdones y ames, despertarás de lo que nunca pudo realmente ocurrir; te encontrarás nuevamente en la plenitud que eras antes de la parcial idea que supusiste de ti. De nuevo, bendito, inmortal, en paz y comulgando con la vida toda en el Corazón Divino. 

KHAAM-EL



Pon toda tu confianza en el Amor de DIOS
y Su Misericordia Infinita iluminará tu camino de regreso al Cielo...



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