martes, 25 de agosto de 2020

TRASCENDENCIA

            

   “Y Jesús les habló de nuevo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Juan 8:12







Cojos, ciegos, sordos, endemoniados, tristes, desolados,
perdidos, enfermos, airados, famélicos, moribundos...
transitan por el mundo no viendo ni oyendo lo esencial,
pergeñando avances que retroceden
en una espiral de despropósitos tomados por excelencias.
No hay cabeza por encima ni por debajo de uno...
únicamente prójimos de igual naturaleza eterna
en un vano mundo de transitoria hechura.
Soltando el apego a lo efímero es como se recupera el sentido
al aceptar la vacuidad de todo aquello que se repite ciclo a ciclo,
año tras año, siglo a siglo, eón tras eón...

Mira:
La esperanza yace malherida en la esquina del destino
junto a la calle del orgullo y la plaza del miedo.
El amor se pudre en malolientes cubos de basura
como un gastado envase de comida rápida
por la caprichosa glotonería de los sentidos.
Los mañanas cuando llegan
se convierten en clones de rígidos ayeres
que visten con raídos y sudorosos ropajes
a jóvenes avejentados con el peso de la Historia.
La fe se desvía hacia cultos de materialista avidez
que ofreciendo un supuesto bien común dejan desvalidos de todo
tanto a los que se les oponen
como a quienes les rinden pleitesía.
El viento se lleva todos los sueños
como vaporosas nubes yendo y viniendo del azul.
Los terrores aterrorizan para no sentirse aterrorizados
erigiendo castillos de altivo dogmatismo
que transige con todas las malicias como si no lo fueran
en un artero intento de salirse con la suya.
La amistad languidece ante la pujanza fiera
de una competitividad que tiene como meta
el propio triunfo a toda costa.
El colmo de los colmos, el absurdo de los absurdos:
el error autoproclamándose acierto
ante el indolente pasmo general.
Los inocentes acusados como culpables;
los culpables aplaudidos tal que héroes.
El imperio de la mentira, de la violencia, de la patraña,
erige como arma revolucionaria
de una seductora concordia venidera
el disparate de la discordia presente.
La crueldad enmascarada, 
fabricando impúdicamente un enemigo, 
acaba por alistar a los desesperados
mediante engañosas palabras de hipnótico contenido
prometiendo vida justo donde la quita.
 
Despierta:
No más desesperanzas, odios, idolatrías, ilusiones, terrores,
egoísmos, mentiras, culpabilidades, crueldades o muertes
que la tenebrosa oscuridad egoica querría convertir en norma...
La Luz del Espíritu vence a las aparentes victorias del mundo
en un instante santo de fulminante actualidad infinita,
en un presente puro de sanadora inclusión bienaventurada,
en un ahora de sagrada bendición universal a todo lo viviente.
 
Luz... la Luz del mundo
brotando desde lo más hondo del alma...
Deshabitados del ego, habitados por Cristo.

KHAAM-EL



La luz Plena del Espíritu
trasciende este mundo con el fulgor de un Sol de soles.



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