Cuando lo finito atisba con consciencia viva lo infinito, comprende directa e inmediatamente que su percibida finitud es sólo aparente, no real; que los límites son engaños sensoriales, inconcretas concreciones de ideas, creencias e hipótesis consideradas fundamentos, no siendo más que vaguedades ornamentales en el consistente e imperecedero Hogar del Espíritu.
KHAAM-EL
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