SAGRADA GUÍA DE INTERNA ESCUCHA

     Dondequiera que uno se encuentre y con quienquiera que esté, si se ejercita en la escucha interior, en la la atención esencial frente a la dispersión mundana, reconociendo la directriz del corazón, la noble y fraterna voz del alma que hacia lo divino encamina, y no las mecánicas pautas que devienen de la particularista inercia de lo repetido por supuesto, con feliz asombro, descubre y contempla todo lo perecedero y gastado renovado en su núcleo, con un brillo que irradia una paz y dicha que los agravios infligidos por los egoístas intereses del mundo no pueden opacar, inquietar o apesadumbrar. Indudable, se revela en el fondo insondable de la consciencia cómo hay una realidad inmutable en su bienaventuranza y plenitud que, por su naturaleza incorruptible, nada tiene que ver con el mundo de la percepción sensoria.

    Todo se aclara en el presente desprovisto de apegos y recelos, libre de expectativas y temores. Sí, la vida del espíritu es la auténtica; la del cuerpo, transitoria ilusión, artificiosa elaboración de una mente aparentemente escindida de su fuente. Más el caudal de Vida, de Amor y de Gloria, es irrefrenable en su sagrado ímpetu creativo... DIOS ES. Y lo que aparece para desaparecer no es de ÉL. Por tanto, no hay peligro real en un mundo irreal. Evitemos su seductor influjo de dolorosas consecuencias, de terribles triunfos que mancillan el alma, siendo consecuentes con lo que de veras queremos: plenitud; y, sin dilación, vayamos juntos, cual uno solo, en pos de lo santo, al encuentro con la Verdad, con la Divina Unicidad del Espíritu, con el Corazón Infinito de DIOS, que ahora, aquí, dondequiera que nos encontremos y con quienquiera que estemos, nos alienta y sustenta, nos conforta y guía.

KHAAM-EL