martes, 14 de noviembre de 2023

TODOS LOS HOGARES DEL MUNDO SON POSADAS HACIA EL HOGAR ETERNO

    Hoy, amig@s, mi vida ha cambiado externamente a mejor, y mi corazón se regocija agradecido por la generosidad de mis padres, que al trasladarse a otro domicilio me han donado su hasta ahora hogar de toda la vida, ahorrándonos así a mi mujer y a un servidor el costo del alquiler de la residencia en la que convivíamos desde el año 2010. Y como dice el refrán: "no es de bien nacido no ser agradecido", vaya por delante, por tanto, mi más hondo agradecimiento tanto a mis padres, a los que acabo de referir, como a la Divina Providencia. 
    Más, esta situación de mayor prosperidad mundana, con todo el trajín aparejado de ayudar en la mudanza de mis padres, primero, para a continuación seguir con la propia, que hoy (tras tres semanas intensísimas) culmina, me ha abierto aún más, si cabe, la visión del alma; me ha posibilitado ahondar con mayor conciencia en la Consciencia: el trabajo añadido, que quita tiempo a la meditación, a las tertulias edificantes o a la oración, no está reñido ni entorpece la vivencia de lo Inefable si el propósito por la Verdad y la Vida es mantenido con firmeza y determinación. 
    Mudar de residencia no cambia el Hogar esencial del Espíritu. En la carne ni ganamos ni perdemos, aprendemos. En el mundo estamos de paso, todas las casas son posadas que se nos ponen en la Sagrado Peregrinaje hacia DIOS VIVO; lo principal es, ayer, hoy y mañana, amar siempre primero, "el resto viene por añadidura" como nos dijo Jesús de Nazaret hace ya dos milenios.
    Cambiar de muebles no mejora la confortabilidad del Ser, por mucho que la del cuerpo se complazca. Decorar meramente unas salas no embellece el alma si no hay auténtico Amor y honesto anhelo por la Verdad. El habitáculo externo, o se construye desde la infinita espaciosidad y riqueza de la vida espiritual o la novedad y comodidad rápidamente tornarán viejas e insatisfactorias. Vivir lo eterno, tanto en lo nuevo como en lo desgastado (y finalmente todo se desgasta), plenifica el humano vivir. Entonces, cuando la mejora llega a la vida no hay envanecimiento, y si las circunstancias empeoran no desemboca uno en la desesperación.
    DIOS VIVO siempre provee en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en los días de especial brillo y en aquellos de espesa tiniebla... Y, quien en el Bien persevera, levantándose en las caídas, enmendando los errores, bendiciendo al prójimo no devolviéndole a cualquier mal que nos haga con otro mal, así como olvidar generosa y humildemente ofensas y desdenes, en el último día: LA LUZ BENDITA DEL INEFABLE.

KHAAM-EL


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