A quien permanece aun rodeado de la envolvente impureza, que de la diversa multiplicidad mundana se desprende, en la pureza que en esencia Hay, que en lo nuclear e indivisible Es (en la inmaterial naturaleza inherente a ti, y a mí, y a todos, y a todo), haciéndonos, sea cual fuere el entorno o circunstancia terrenal que se manifieste y despliegue, uno en lo Eterno, uno en el Espíritu, uno en el Amor, uno en lo Veraz, justamente ahora y precisamente aquí... la paz, la plenitud y la bendición de esa inefable raíz que a todas las cosas nutre, vivifica y sostiene, le infundirá certeza de Divina Unicidad, colmando tu ser de inenarrable bienaventuranza allende toda humana comprensión.
KHAAM-EL
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