domingo, 31 de diciembre de 2023

LOS AÑOS NO IMPORTAN; LA CONSCIENCIA PLENA, AQUÍ Y AHORA, SÍ

    
Justo aquí, precisamente ahora, la eternidad no sabe de tiempo, ni de orígenes diferentes a su ilimitada naturaleza; y es siempre plena en el instante que ante nosotros se despliega, porque lo eterno es intemporalidad, inefable consciencia inconmensurable. No nos distraigamos, entonces, deseando ciclos imaginarios de humana factura; pues igual que aparecen, finalmente, se agotan y desaparecen. Permanezcamos sutilmente vigilantes. No acabemos nada superficialmente, o, de inmediato, recomenzaremos una misma historia egoica de otra manera, repitiendo nuclearmente lo mismo con otras caras y situaciones en otros parajes y paisajes. Aquietémonos en lo profundo y seamos felices ahora, amando sean cual fueren nuestras circunstancias. Unidos en el Amor, no en la variable y voluble apariencia, el sinsentido cobra un milagroso sentido liberador del alma, e inexplicable sólo con meras palabras. No le pidamos, pues, al tiempo que nos traiga nada en especial (más pronto que tarde, lo quita), antes bien estemos completamente dispuestos a traerle lo intemporal a todas nuestras relaciones (son benditas cualesquiera dellas, nos parezca así o no). Permitamos, sí o sí, que todo lo que parece recomenzar termine en su meollo, para no regresar jamás. Amando amar, sencillamente por el Amor Mismo que nos vivifica por siempre en DIOS.
    Celebremos el instante, aquí, ahora, siempre, dejando de aplaudir cíclicas festividades intercaladas entre tediosas fatigas recurrentes. No le sumemos a nuestras vidas lapidarios dígitos que la fraccionen, constriñan y condicionen. No acabemos ningún año como si fuera un lapso cerrado, y no principiaremos la cerrazón de otro. No descorchemos espumosa euforia o tendremos lánguida y pesarosa resaca. No le pongamos desiderativas expectativas a ningún samsárico ciclo, y reconoceremos -gratamente sorprendidos- la evidente bienaventuranza del Espíritu que trasciende la carne y su breve tiempo. Seamos presente, sí; seamos consciencia plena, sí; y vivamos, sí, libres de encadenadas etapas que acaban como empezaron. Vivamos día a día, despiertos en esencia y experiencia, sin prisas ni demoras, con humilde pero seguro paso, y lo infinito, en su plenitud, no será diferente de nuestro común ser eterno que allende el tiempo se alza.
    ¡Despertemos! El presente siempre es punto y final de las ilusiones en cualquier fecha del calendario, si no lo queremos convertir, para perpetuarlas, en punto seguido, o aparte. ¡Ya somos plenos en el presente! Compartirlo y extenderlo a todo aquel que atrapado en la ilusión del tiempo, cansado y decepcionado de ella, quiera escucharte y unirse a la liberadora comunión de Espíritu, es la sagrada labor que DIOS VIVO nos encomienda en cuanto renunciamos escuchar al ego con irrevocable determinación... ¡Feliz Ahora a la Eternidad, Herman@ en la Plenitud Divina!

KHAAM-EL


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