Samsara engaña y oculta
distrayendo de Nirvana con egoicos apegos y desprecios...
miedo.
Nirvana ilumina y libera
revelando el engaño del ego a todo aquel que ecuánime samsara observa...
Amor.
Aguas arriba, aguas abajo.
Tierra firme, tierra lodosa.
Llama hogareña, llama que abrasa.
Aire huracanado, aire calmo.
Cíclicos ciclos de formas que se reforman y deforman...
Ciclos cíclicos de endebles cuerpos que obtienen y pierden,
que ríen y gimen, que recuerdan y olvidan, que gozan y padecen,
que nacen, crecen, declinan y mueren...
Sólo la consciencia consciente de la egoica ignorancia pretensora de saber,
sabe que el ego no sabe, que samsara no es real,
que el tiempo y las formas son ilusorios
(un espejismo del relativismo juzgándose absoluto).
Samsara, en su falsa llenura,
acaba antes de comenzar, porque nunca fue lo que pareció,
miedo.
Nirvana, en su cierta vacuidad de ilusiones,
nunca dejó de ser lo que ES, porque siempre abarca lo inabarcable,
Amor.
KHAAM-EL
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