Para vivir de veras en plenitud en este mundo temporal y poder vivenciar constante alegría de ser y una profunda paz interior, ha de vivirse de manera incondicional, sin expectativas ni exigencias, libre de apegos, indolencias o recelos; bien presente, consciente, coherente, despierto... Es por esto que, en las relaciones uno siempre ha de estar más solícito a amar y comprender que pendiente de ser amado o especialmente comprendido; porque no son las cosas que se dan o quitan, sino que es 'desde donde' se vive y comparte entre prójimos lo que dota de pleno significado, o no, a la vida humana.
KHAAM-EL
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