El Amor y la Sabiduría de DIOS VIVO vibra en cada fibra de nuestro ser, trascendiendo el temporal cuerpo/mente que erróneamente imaginamos y confundimos como identidad. Somos Inmortalidad pura... Somos Bienaventuranza total e imperecedera... Somos Divina Unicidad desplegándose, desbordándose y plenificándose sin fin... Nada, pues, que hacer personalmente y todo que realizar espiritualmente.
Meditar con constancia, contemplar lo que hay sin juicio ni prejuicio, u orar con sincero y humilde fervor, nos conecta con esa inefable frecuencia de Amor y Sabiduría que con claridad incuestionable nos revela cómo, en esencia y en verdad, todos y todo somos Uno en perfecta comunión con/en/por la Gracia de DIOS VIVO.
KHAAM-EL
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