Cuando el cuerpo no prevalece, las Almas resplandecen.
Cuando el ego es desdeñado, el Amor es reencontrado.
La luz brilla por sí misma y no teme a la oscuridad,
pues ante su fulgor toda tiniebla se desvanece.
Quien en lo eterno se asienta, lo efímero no le afecta,
ni se acobarda ante lo hostil; sencillamente florece,
viviendo la Vida con veraz compromiso sagrado,
con consciente entrega en favor de la común plenitud.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario