Preguntad al presente el para qué del pasado: se verá claro el futuro de plenitud al que conduce, aunque en ese momento se despliegue la adversidad; mas nunca preguntéis al pasado el porqué del presente, o una bruma amenazante envolverá el porvenir por más aparente seguridad y bienestar que parezca tenerse.
Si de todo corazón, humildes y atentos, elegimos ante todo la siempre inmediata Paz de DIOS allende cualesquier humana expectativa, por encima de mundanas decepciones y sueños personales, el
ego y su carne aislada y aisladora, fomentadora de cobardes
abandonos y soledades, no conseguirá retenernos en el sufrimiento ni
atarnos al mundo.
Por atribulada que sea, no hay época pasada, presente o por llegar que no esté incluida en la Victoria de Cristo Jesús, Señor del tiempo y de la historia... En un glorioso presente inacabable de bienaventurada comunión Divina, tanto la enfermedad, la soledad y la muerte como la maldad, la mentira y el orgullo se disolverán en la nada que en el fondo fueron.
No hay inquina, furor ni temor que al Amor hayan realmente destruido, destruyan o puedan llegar a destruir en un futuro, ni cruz que con Él no se torne en milagrosa resurrección... Lo Santo, La Palabra Creadora de DIOS VIVO, con inagotable paciencia, sabiduría y compasión, ciertamente, a través de los siglos y milenios vencerá en paz, por la paz y para la paz
(ergo, ya venció), sin perpetrar cruel e injusta violencia por más que -instigada por ‘la serpiente antigua’- la
ignorante codicia egoica, con sus turbios planes, afanes y perfidias en el tiempo de la carne mortal, se la inflija.
KHAAM-EL










