viernes, 7 de diciembre de 2018

EN LA PACIENCIA... PLENITUD +

   Vivid con paciencia y genuina mesura, con ánimo sosegado, feliz y contemplativo. No evitéis nunca la intensidad de mirar adentro y poned toda vuestra vida en manos de Dios. Confiad en la sabia guía del Espíritu, deshaciendo ataduras corporales y desmitificando logros intelectuales. Escuchad, y seguid únicamente, el dulce canto de lo eterno que enmudece el estridente griterío de lo temporal con amorosísima paciencia; porque, el tiempo es un recurso de enseñanza. No temáis. El incremento de la angustia anuncia la llegada de la imprescindible intensidad a atravesar, para experimentar la verdadera alegría, porque vivir en la inercia de la evasión o del enaltecimiento del yo, de la acumulación, la ira y la frustración, que usan sin miramientos como válvula de escape al entusiasmo infantiloide de la propia justificación, es mentecatez pasando por inteligencia -imperfecta y, por tanto, inútil tapadera de pesadumbres que se destapa pronto en desesperanza-; tampoco sirve de mucho ensalzar a la amargura y el resentimiento disfrazados de un superficial pietismo que imagina con dubitativa e incómoda desconfianza, escondida tras fanatismos de excluyente prédica, un futuro cielo hecho a la medida. Contemplar la ignorancia, arrogancia e insensatez propias sin intentar mirar para otra parte, rindiéndose a la evidencia de la estéril acción de buscar fruto duradero en lo pasajero y particular, abre la mente a ideas no comparativas, no limitativas, no enjuiciadoras... ensanchando el espacio interior hasta límites insospechados. Lo empequeñecedor, entonces, intuyendo cercano su fin, se agita vehemente y altivo, tentador y lacrimoso, seductor e insidioso, pelea con uñas y dientes hasta la extenuación; más, sed pacientes, no rehuyáis el envite ni os aterre ese terremoto interior, manteneos atentos a sus movimientos sin secundarlos ni atacarlos. No os resistáis al mal. Os golpeará con saña, insultará, menospreciará y amenazará; más, poned la otra mejilla y quedaos en paz... seguid a la paz de espíritu.

   Mirad todo con imparcialidad, con calma y humildad. Avanzad por la vida con gratitud, contemplando la pureza esencial del corazón. No os apresuréis y pretendáis correr en solitario. El prójimo, que es uno con nosotros, confía que lo alentemos para avanzar juntos. No os aisléis en un paraíso del tamaño de vuestras personalidades, o viviréis un infierno a la medida de vuestros temores. Aceptar la irresponsabilidad de pensar egoicamente sacude el ánimo de tal suerte que parece angustia de muerte, pero si os mantenéis firmes, responsables, ecuánimes y solícitos a admitir únicamente la guía divina con paciencia inquebrantable, una bienaventuranza excelsa, por Dios concedida, os conducirá más allá del pequeño y falso yo, allende el mundo y sus efímeros placeres dadores de penas... a una comunión que finiquitará todo sufrimiento y limitación, a la Vida eterna. a una Plenitud inimaginable que redimirá al alma de todas sus vanaglorias y miserias autoinfligidas en la idea absurda de haberse pensado separada de Dios y Su perfecto Amor.

KHAAM-EL




Sed pacientes y caminad de la mano con el prójimo... 
el apego al sufrimiento se está curando 
con el sincero compartir fraterno 
para traer de nuevo la vivencia de la Plenitud.




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