martes, 12 de marzo de 2019

DECIDE LO QUE SÍ PUEDES DECIDIR Y REGOCÍJATE

   La vida y la muerte son dos aspectos de una misma idea, la cara y la cruz de un pensamiento temporal, el dentro y afuera de un concepto inconcluso, el comienzo y el fin de un único y absurdo sueño. Una condición condicionante que nunca alcanza lo incondicional aunque lo anhele; tal como el personaje de un sueño, que mientras éste dura uno cree real pero en cuanto la vigilia llega se desvanece sin dejar ni rastro, huella, o solidez, por mucho que en el sueño éste haya pretendido tener su propio despertar. Espabila y no divagues más. Abandona tu apego a tus deseos personales, que no son más que vanos sueños, y despierta a la Verdad. Tú eres lo incondicional sintiéndote sujeto por lo condicional, lo inmortal soñando nacer para morir. Deja de intentar descondicionarte desde lo condicionado y descubre lo que nunca pudo estar realmente sujeto, manteniendo una consciencia presente que no se proyecte en el tiempo ni se deje seducir por las cambiantes formas.

   La eternidad carece de aspectos que puedan compararse. Ni anverso ni reverso en verdad existen... Creíste que las paradojas tenían sentido y todo lo imposible pareció ser posible en un sinsentido ilógicamente considerado lógico. Pero, como lo paradójico por su propia naturaleza contradictoria es una ilusión, tan sólo has de tomar consciencia de que la única elección ciertamente posible es constatar que en la identidad personal (el ego, el personaje soñado, el jiva, o como quieras llamarlo) nunca hubo elección posible. En la luz no hay oscuridad que asome ni en la verdadera vida puede haber nacimientos que mueren. Elige de nuevo y no repitas irreales elecciones... la Verdad te hace libre ahora. Y, alégrate, es la única decisión auténtica, bienaventurada y definitiva que en última instancia podía hacerse. ReConoce que eres pleno más allá de conceptos e ideaciones. Nunca has sido, ni nadie es, el pequeño yo que viene y va. Ahonda. Medita. La consciencia es esencia y el espíritu trasciende la carne. Recuerda: lo que tu crees ser condicionalmente no es y lo que solías negar (lo incondicional y genuinamente libre) sí es. ¡Regocíjate! Nunca estuviste en un dilema... jamás estuve en un dilema... nadie estuvo en un dilema. Y nunca es nunca, aunque en un sueño se creyese. Decide, por lo tanto, lo que sí puedes decidir y sé feliz viviendo en paz aún en medio de una pesadilla; sin duda, pasará. 

KHAAM-EL



¡Regocíjate!
La única decisión posible es por la Verdad...
Y Ésta te hace libre.




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