jueves, 9 de mayo de 2019

NADA QUE MEJORAR U OBTENER, PURO SER EN PLENITUD

   Todo lo percibido, sabemos, es perecedero. No te establezcas,pues, en la fluctuante tibieza mundana y permanece en camino. Sé, en consecuencia, un peregrino es este mundo y comparte la alegría del no apego, la dicha de la libertad, el júbilo del Amor, la bendición de vivir en Dios. Mantente atento y no te dejes engatusar por efímeros deleites ni te deslumbres por el transitorio poder, ni mucho menos te derrumbes ante los cíclicos embates de la adversidad, porque más allá de lo cambiante se encuentra el Reino de los Cielos, el Nirvana, la infinitud del Ser, tú verdadero Hogar, o como prefieras referirte a lo inefable, puro y eterno.

   Sé humilde y reconoce todo personal proyecto de éxito como absurdo delirio. Reconoce que la forma nunca va a mejorar bajo tu particular control de manera definitiva, pues en el mundo todo pasa finalmente, tanto lo considerado malo como lo juzgado bueno. Únicamente lo que es íntegro e infinito, santo e inmutable es verdadero. No te quedes con apariencias que parecen verdades y no son más que espejismo... la carne envejece, mas nunca el espíritu... este mundo conduce a la muerte, cuando lo real es Vida Eterna. ¡Despierta! ¡Sé feliz, ahora! Nada hay que temer. Tú ser es eterno y puro; tu cuerpo, transitorio y por tanto irreal, puesto que todo aquello que cambia no existe debido a su propia índole mutable. La aparente evolución de las formas no conduce realmente a lo definitivo y veraz, tan sólo nos deja dando vueltas alrededor de ilusiones de mejora y perfeccionamiento que nadie sabe a ciencia cierta que son... ya que adaptarse a algo no tiene porque significar que uno es en verdad mejor que antes de esa adaptación. ¡Despierta! ¡Sí, despierta! Lo santo no sabe nada acerca de supuestas evoluciones personales, pues siempre Es. No más ideas absurdas pasando por brillantes. Despertar acaece en un instante, no necesita de ningún escenario determinado ni precisa de ninguna condición especial. Despertar es darse cuenta, ahora, que en una ilusión no hay nada que tenga que mejorar, que no se necesita nada externo para ser feliz, que el júbilo brota desde lo más hondo del corazón y todo lo abarca. Ahí, todo queda perdonado y se vivencia sin distorsión alguna como el Amor jamás conocerá al miedo ni la Verdad pudo estar oculta realmente por lo falso. De nuevo, como antes de tomar lo ilusorio como cierto, la Luz Infinita de la Plenitud de Ser... Paz... Bienaventuranza... Comunión... Certeza... Eternidad.

KHAAM-EL




Únete a la jubilosa melodía...
Vive feliz, ahora, siempre...
Nada que mejorar, todo que celebrar...
Divina Unicidad de Ser.




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