Muchos mendigos tienen una dignidad y nobleza de corazón que jamás poseerán los hipócritas acaudalados ni los altivos gobernantes de corruptas costumbres, disfrazados las más de las veces de pomposos filántropos o de desinteresados estadistas, que acrecen sus fortunas y su poderío mediante el robo, el engaño y la extorsión. "Lobos con piel de cordero", "raza de víboras", "sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero que por dentro están llenos de putrefacción e inmundicia". Por eso, bienaventurados los humildes de corazón y los desheredados por los poderes del mundo a causa de ese buen corazón, pues ellos son, de cierto, dignos del Cielo.
KHAAM-EL
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