¡Despertemos! Si nuestros pensamientos y memorias nos llenan de temor, avidez, resentimiento, culpabilidad ciega, desesperanza, tristeza, furia o altivez, angustiándonos en lugar de confortarnos, es que no nos convienen y no son genuinamente nuestros. Únicamente cuestionándolos en su raíz, captándolos en su surgir condicionado y condicionante, puede salirse de su agazapado hechizo fatal. Serenemos nuestra pulsión conceptual en el aquí y ahora, con presencia consciente. No peleemos contra nosotros lamentándonos o reprochándonos, ni tampoco nos encumbremos reprochándole nuestro malestar al prójimo como irredento enemigo a batir. Utilicemos el pensamiento crítico con discernimiento y ecuanimidad, para poder de tal manera observar lo percibido, pensado o creído, y ver con claridad qué esconde cada eslogan, qué se tejemaneja entre las bambalinas de lo acontecido, o qué falsean los noticiarios mediante sesgos ideológico/propaganditas pretendiendo influirnos en una dirección vital u otra, según les convenga a los mandamases en la sombra.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario