sábado, 12 de febrero de 2022

COMPRENDIENDO LO ACIAGO RETORNAMOS A LO DIVINO

    Querer triunfo con el cumplimiento de los deseos mundanos es cosechar decepción y fracaso. Pretender generosidad de cualesquiera egoísmo sólo recoge desengaño y frustración. En consecuencia, abandonemos las pretensiones de exclusivo éxito para vislumbrar una nueva actitud, un humano inédito que tiene en cuenta -de corazón- a su prójimo, que confía en DIOS más que en sus antes idolatradas fuerzas limitadas. No hay otra forma en la forma. No hay otro modo en lo mudable. No hay otra esperanza en lo descorazonador. Recibamos y e
ncaremos con valerosa bondad las vicisitudes e injusticias que sobrevengan, pues, las más de las veces, lo que semeja intolerable infortunio contiene y refleja, milagrosamente, la más excelsa bendición. 
    ¡Regocijémonos! Nada en este mundo perdura, ni lo considerado afortunado ni tampoco su contrario. Únicamente, lo vivido con Amor llena y pervive. Mas eso sólo se comprende viviendo, errando, rectificando y aceptando con humilde actitud fraterna que estamos de paso en este mundo. Confotémonos, alentémonos, ayudémonos los unos a los unos con sincera y honda comprensión, con liberador acogimiento y generoso perdón. El mal no sabe lo que hace y se hace; si lo supiese, cambiaría. Ahora, lo sabemos y cambiamos... Proclamemos como una sola voz estas Buenas Nuevas... ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

KHAAM-EL


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