domingo, 20 de febrero de 2022

MEDITACIÓN Y ORACIÓN, EN ESENCIA LO MISMO

     La meditación observa silenciosamente todos los pensamientos de la mente sin involucrarse con ellos, hasta que LO QUE ES (la Consciencia Una, DIOS) se evidencia en plenitud. La plegaria pronuncia con consciencia rendiciones del yo personal, hasta que DIOS (La Consciencia Una, LO QUE ES) se hace indubitablemente patente. Una, sin palabras, llega a lo que está más allá de ellas; la otra, usando palabras, llega allende las mismas. En esencia, por tanto, tienen común propósito y mismo resultado. Profundizan en el presente con presencia consciente, sin darle pábulo a los constructos mentales que se dilatan en el espacio/tiempo para interpretar lo que no necesita ser interpretado, tras haber imaginado problemas donde no los ha habido ni habrá. Consecuentemente, confrontar ambas técnicas es absurdo; sería algo similar a denostar o ensalzar la fibra óptica (conexión por cable) respecto a la red Wifi (inalámbrica) por sus capacidades o incapacidades de ofrecer Internet, cuando ambas, con modos distintos e igualmente eficaces, ofrecen el mismo resultado satisfactorio.

KHAAM-EL


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