miércoles, 12 de octubre de 2022

RELACIÓN RESPONSABLE Y VALIENTE: RELACIÓN DE VIDA PLENA

     Como humano, ante el feroz despropósito de los dirigentes político/económicos de uno u otro bloque de intereses contrapuestos, que rivalizan entre sí por imponer sus avarientas, miopes y aviesas intenciones de control mundial,
 me acongoja el alma y rompe el corazón observar nuestro zoquete comportamiento gregario que, paradójicamente, nos aleja y disgrega a los unos de los unos en lo esencial y pleno, por la amorfa frialdad, distanciamiento e indolencia de las gentes respecto a los acontecimientos que nos ha tocado vivir. 
    Centradas, la gran mayoría de éstas, la masa aborregada, en un personal cortoplacismo que ignora al empobrecido, desvalido o angustiado; descalifica al que no sigue la corriente oficial de pensamiento aunque no la comparta o incluso le repugne, para evitarse problemas con el envilecido y degenerado sistema gubernativo; se escabulle de responsabilidades en cuanto puede con múltiples excusas o reproches, desviando la obligación a otros; acredita y acepta sin reflexión alguna lo que medios de comunicación, redes sociales y foros de opinión, manipulados y manipuladores, repiten sin cesar, suponiéndose, petulante y ufana, entre tanta estudiada desinformación, correctamente informada; busca especial confort, riquezas, fama, placer y propia seguridad sin pensar, un apenas siquiera, si su acomodaticia actitud perjudica a otros; y, lo más triste de todo, adormecidos en tan tremenda displicencia, el común de la humanidad próspera y acomodada se cree, torpe y mezquinamente, víctima inmaculada de crueles verdugos, evitando recapacitar sino será, en más de un aspecto, no tanto impoluta víctima como tibio cómplice de los viles, por propia omisión o dejación.
    Recapacitemos, tomemos consciencia de ruines pensamientos egoicos que, agazapados en el fondo de la mente, nos perjudican y dañan en nombre de beneficiarnos y cuidarnos; no los validemos ni un segundo más, y, con valentía y aplomo, amemos de verdad amándonos a nosotros mismos y al prójimo como el Amor de DIOS ama (incondicionalmente), o, cobárdemente, pereceremos por temor a no reconocer, desenraizar y pulverizar nuestro particular temor, que se aparta, ataca y acusa para no asumir su responsabilidad relacional.

    Dicho esto, invito a profundizar y meditar la siguiente reflexión de Juan Calero, escritor del siglo XIX, prácticamente desconocido ahora, expresada en el breve fragmento que sigue, extraído de su artículo 'Los parásitos de la humanidad'
    "(...) debemos trabajar cada uno según sus fuerzas y sus conocimientos, y si sembramos en piedra dura y la semilla resbala, nunca faltará alguna hendidura que conserve el grano. 
    Los ricos de oro, no deben nunca olvidar que hay pobres que se mueren de hambre y de frío, y los ricos de entendimiento son avaros endurecidos sino difunden a torrentes la luz de su trabajada y laboriosa inteligencia."

KHAAM-EL


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