Se alcanza (la Plenitud Espiritual) con el abandono del acomodaticio ego, permitiendo con tal desapego personal el encuentro interior con la infinitud de DIOS, que nos revela sin exigirnos pago alguno ni denigrarnos por nuestros yerros, nuestra inseparable esencia eterna con la vida toda, que nos enseña como dar es tener y acumular perder, que nos recuerda que somos en lo nuclear e íntimo libres de las cadenas de la carne, que nos alivia de todo dolor, miseria y temor que padezcamos con un Amor y Paciencia infinitos mientras nos invita a compartir con el prójimo Su sanación según nos sana. Por eso, si queremos que se nos regale el Cielo (la Plenitud Espiritual) por gracia y misericordia Divina: hemos de regalar nuestro tiempo al necesitado con generosa compasión.
KHAAM-EL
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