Adjunto a este escrito publico el audio de una charla en la que profundizo en cómo la pureza de lo pleno e inmutable, el motor inmóvil del que surgen todos los movimientos sin verse afectado por estos, la Divina Unicidad de todo lo perceptible = Amor indestructible y omniabarcante, es trascendente e inmanente a cualquier momento, objeto y circunstancia espacio/formal; luego, la percepción humana identificada con el cuerpo reitera una ilusoriedad, un ensueño cambiante que se entrelaza evitando despertar, no la realidad espiritual que permanece. El Amor (la Unicidad Divina), por tanto, salva, liberta y bendice. Y Amar es relacionarse desde el alma, comunicarse con lo eterno del prójimo desde lo eterno en uno... traspasar el miedo/apego que, como fractales replicándose a sí mismos, parecía sustraernos una libertad imperdible e incarcelable, limitando en apariencias creídas ciertas.
KHAAM-EL
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