En noches oscuras comprendí, tras tantos yerros cometidos,
que el error era propio, no ajeno... Lloré rendido... Oré sincero...
Dolorido y confuso, dejé de soñar cumplir mis sueños.
Y, de súbito, desperté de la amarga pesadilla del 'mí'...
de la demanda de afectos, del embrujo de los placeres,
del ansia de cosas, de la necesidad de seguridades,
del severo juicio hacia el otro pero indulgente conmigo,
de la punzante, corporal e insidiosa aprensión a ser 'nadie'...
Vi por la gracia, entonces, sin los ojos de la carne,
una Luz íntima e inapagable que con todos comulga.
se reconfortó en un presente limpio de resentimientos,
en un aquí libre de acechanzas y comparanzas,
en un sentir esperanzado de porvenires vacíos de ego
que colma al alma de bendiciones cuasi olvidadas,
y sirve al universal propósito del Amor y la Verdad.
Conocí al instante, sin merecimiento, en el meollo de Ser,
una Plenitud íntima e inagotable que en DIOS Vive.
KHAAM-EL