domingo, 17 de noviembre de 2024

INSTANTE SANTO, INSTANTE BELLO Y ETERNO, INSTANTE ALADO DEL ALMA


    Los seres humanos se pierden en enrevesados laberintos por ellos mismos ideados. Prolongados recurrentemente en el tiempo, a resultas de la ciega ansia de perseguir sueños a la medida de un supuesto 'yo' de breve factura, que precipita a abismos de dolor, furia y miedo cuanto más ansia de disfrute, seguridad, afecto y reconocimiento pretende para sí. 
Porque, inexorable, la aritmética del tiempo parcela la eternidad en porciones que desvirtúan lo esencial e imperecedero, definiendo lo aparente como real y ocultando la alada plenitud de lo continuo (el Alma, el Ser, la Divina Unicidad) tras la fatigosa pesantez del espejismo de lo aparte, efímero y carente (el cuerpo, el ego, el mundo).
    Mas hay instantes sagrados, luminosos, benditos, en el humano trajín, que traen a la consciencia, con súbita e inesperada incondicionalidad y belleza, atisbos de Lo Inefable, de nuestro legítimo Hogar Celeste. Evidenciando la genuina belleza, lo verdaderamente justo y lo sustancialmente bueno: el Amor.
    Entonces, renacidos en esencia y verdad, aquí y ahora, elevándonos por encima de ese supuesto 'yo' que creíamos ser, por la gracia, felizmente comprendemos cómo la Belleza, lo Justo y lo Bueno son del Espíritu, de lo innacido y, por tanto, en Inmortal y Atempórea Comunión de Vida; nunca de lo tornadizo, personal, ávido y sectario, tampoco de lo corrupto o corruptible, ni de lo que -escindido en carnal recinto- nace, languidece y fenece.

KHAAM-EL


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