Disparidad mundana... el ego se siente solo consigo, con todos y con todo.
Miedo... cuerpo... nacimiento, división y muerte.
En los muchos, tapada displicencia.
Nievan bendiciones en las solitarias cumbres de la meditación
y -a su tiempo- riegan y fecundan los valles de la relación,
mostrando lo obvio y simple en lo que parecía arcano y difícil:
en lo universal, lo íntimo; en el silencio, el discernimiento;
en lo inmediato, lo perenne; en lo sutil, la consistencia...
En lo indivisible, sagrado nexo.
Unicidad Divina... DIOS no es sin ti, sin mí, sin todos y sin todo.
Amor... Espíritu... eterna vida en comunión.
KHAAM-EL
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