miércoles, 25 de septiembre de 2019

LA VERDADERA FE ABRE EL CORAZÓN Y LO LLENA DE GOZO

   Para el ego y su débil fe aproximarse a lo que separa buscando unión es una contradicción revestida de particular coherencia. Más la coherencia, para ser auténtica coherencia, ha de trascender lo particular y abarcar la totalidad. Parecer no tiene realmente nada que ver con ser y aparentar que se une no es sino separar de manera enmascarada. Rehuye de todo fingimiento: nada hay más penoso que autoengañarse queriendo engañar a otros con la consecución de algo no alcanzado. Repudia, pues, todo pensamiento de éxito o reconocimiento personal: nunca podrá dar nada real, satisfactorio y duradero. Ahonda en la fe viva que mana grácil e inagotable en el presente desprendido de lo egoico. Despídete de tus dioses de barro y de tus supuestas verdades personales para que el Dios Uno y eterno, en la indivisa Verdad de Su Ser, te muestre en lo más hondo de tu alma la plenitud que eres junto con todos en esencia y eternidad. Comprende que no hay nada más doloroso que fraccionarse en pos de deseos supuestamente benéficos que finalmente tiranizan al que los persigue, encerrándolo en una cárcel de carne y huesos donde esperar la cruel sentencia de muerte. No sucumbas a las proyecciones del miedo que ilusionan para después desilusionar; despierta de su embrujo y no signifiques los resentimientos, las desesperaciones y las penas como motores de tus acciones. Ábrete a lo inefable. No te identifiques con el cuerpo y sus limitaciones. Confía en el espíritu. Permanece en el Amor, no temas, y la oscuridad tornará en luz... Sé fiel a la Dios, convive humilde con tu prójimo, y Su misericordia infinita bendecirá cada día de tu vida en este mundo con la paz de espíritu, porque rendir la arrogancia de lo personal, arrodillándose con inocencia y reverencia ante lo Divino, santo e incognosible, ante Dios y Su Amor, ilumina al alma con el brillo de lo eterno. Vivir con verdadera fe abre el corazón y loo llena de gozo de gozo. No hay mayor contento que ser agradecido con lo que la providencia nos depara para serle útil al plan Divino allá adonde éste nos lleve.

   Arraigarse con Amor en el presente, hace florecer el corazón hasta el fin del tiempo según recibe la luz de la gracia, merced al total abandono de la soberbia de lo egoico. Inclinarse con fe y paciencia ante lo sublime, bendito e inasible, ante Dios y Su Plenitud, redime al alma de su sueño de angustia, desesperación y muerte. Ciertamente, vivir con fe viva calma la mente y apertura el corazón hacia nuestro prójimo. Por eso, no hay mayor sosiego que aceptar este instante en su completud y extender a tod@s la unicidad esencial que lo sustancia. Vive, pues, con esperanza y comparte la alegría de compartir desde un corazón feliz y en paz. Persevera en el Amor, medita con serena actitud, ora con espíritu fraterno, mantente firme en la confianza de saberte guiado por la luz de Dios. Si se lo pides, Él responde siempre desde el Amor infinito y Su no condena. Permanece atento a lo esencial siendo presencia presente siempre dispuesta a compartirse sin medida... Y, semejante fe, palpitante de vida, de vida plena y eterna, en su sincera e inocente expresión colmará tu alma de bendiciones ilimitadas para repartir allí donde de veras se precisen, para que quien se creía separado y desconsolado (tu prójimo que es uno contigo y con todos) vuelva a sentir la bienaventuranza de su inseparable unicidad con lo Divino.

KHAAM-EL




Recuerda: "el que pide recibe."
Pide verdadera fe 
y en ella vivirás por siempre lleno de gozo.
Sal de tu apego a lo separado
y vive en el milagro del Amor...
Dios es no dos.
La separación es un sueño infernal 
que en Su Plenitud ya ha sido perdonado.
Únete a lo esencial...
No te demores con lo transitorio;
perdona de corazón, comparte sin temor
 y retorna a la Bienaventuranza de Ser 
uno en/con La Divina Unicidad.




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