domingo, 8 de septiembre de 2019

DIOS NO ES SEPARADO DE NOSOTR@S

   Nacer para morir es un contrasentido que el sistema de pensamiento egoico pretende validar. No te creas lo aparente, abandona las quejas surgidas de las suposiciones, y ahonda en lo mollar. Lamentarse de lo transitorio, vano y circunstancial, y no admitir lo eterno, esencial e inmutable como la Verdad y la Vida, es ciertamente lo lamentable. Quejarse y resentirse, por perder lo que nunca se tuvo, perfila sueños que se tornan pesadillas; ya que ir tras lo pasajero, queriendo mantener lo inmantenible, sólo es ponzoñosa fuente de amedrentado y colérico pesar. Únicamente la paz interior, siempre presente, siempre segura y siempre fiel, muestra el luminoso camino ascendente a seguir, para ese encuentro interior con la infinitud del Ser. Porque es dentro, en el meollo mismo del Alma, donde la plenitud refulge. Por eso, buscar lo que no se ha perdido prolonga una actitud absurda que puede ser subsanada de inmediato reconociendo el error original: ese pretender haberse distanciado de lo indistanciable que fabrica paradojas de dolorosa índole, al plantear inexistentes problemas como enormes complicaciones reales para una paz de espíritu y una inefable dicha esencialmente inherentes. Busca, consecuentemente, nada más lo real, y lo ilusorio aflojará su influjo hasta desvanecerse por completo. No te mientas a ti mismo con justificaciones de personal razonamiento, pues condescender con lo erróneo aleja sin remedio de lo veraz, aunque se diga anhelar lo contrario. Ha de ser ciertamente comprendido hasta la médula, con paciencia, humildad y firmeza, que aceptar mundana lisonja es tumba del corazón, y que soportar el desprecio del mundo, por mantenerse ante todo en la Verdad, es puerta de resurrección.

   Álzate por encima de los límites que lo personal impone descendiendo a los orígenes de tu pensamiento particular y deja caer las caídas, manteniendo una fe inquebrantable en lo santo, bendito y amoroso, porque querer levantarse desde el error de lo egoico conlleva nuevos tropiezos. Purifica tu mente de su penosa identificación con el mundo de las formas y el tiempo... el júbilo, la paz y la entereza de Dios se hallan en ti. No te dividas en conjeturas y disquisiciones de pusilánime titubeo. Confía. No temas. Dios está contigo siempre y, con exquisito Amor, te sostiene. Desde lo íntimo eres elevado hasta el ámbito infinito del espíritu... deja atrás el sueño de la carne y despierta al Amor de Dios que se comunica contigo, con todos, con todo, en perfecta comunión y plenitud. No puedes sufrir ni fracasar en lo inmediato... aquí y ahora, Dios te llama... escúchalo sólo a Él... Ascenderás, por Su gracia y misericordia, al Cielo, mediante el perdón de tus justificaciones del sufrimiento (derivadas del apego a lo separativo), merced al abandono de todas las vanas razones egoicas que te seducían en favor de los Pensamientos Puros de Dios. ¡Bendiciones! todo va bien, estás con Dios, y lo sabes... Lo grotesco se desvanece en la bella luminosidad del Amor. Compártela, irrádiala, no te la guardes sólo para ti o la malograrás. Asciende invitando a ascender.... da, da, da, da... no pares de dar lo que Dios quiere que des... Verdad, Amor y Vida... Plenitud, Comunión y Eternidad... porque Dios no es separado de nosotr@s.

KHAAM-EL



Por encima de todas las batallas personales 
se encuentra Dios.
Asciende a Él, confiándole tu vida.
Dios nunca falla.
Es ahora, siempre en nosotr@s.
Sé feliz, pues, 
y vive en paz 
para compartir lo pleno sin cesar.





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