martes, 24 de septiembre de 2019

VÍA DIRECTA AL DESPERTAR

   Salirse del camino seguro del aquí y ahora para adentrarse en el bosque de los deseos del tiempo te aleja del feliz destino al proyectarlo en un tiempo y lugar inalcanzable. Recapacita. Ahonda. Medita. No busques atajos para atestiguar la autoindagación honesta y constante, o te perderás por enrevesadas veredas de autocomplaciente fantasía e indolente pasividad, justificadoras todas ellas de los de vaivenes emocionales que nada tienen que ver con lo Absoluto, Real e Imperecedero. El sufrimiento y la pena, la desesperación y la furia, la vergüenza y la culpa, el miedo y sus evasivas historias nada tienen que ver con estados puros del Ser, sino, justamente, su vivencia es indicadora de que uno se está identificando con lo separativo e ilusorio, con el ego y sus especiales fantasías de todo tipo, incluso de iluminación y despertar de un personal ser, que es a todas luces imposible porque Lo Despierto es Consciencia de ilimitud, amor y bienaventuranza, de comunión, verdad y santidad... de Divina Unicidad (Yo Soy Lo Que ES) y no de un 'yo particular' sintiéndose grandiosamente universal (yo parezco ser) que siempre acaba por desinflarse.

   Sí o sí, justificar el ánimo cambiante como natural es aceptar la experiencia de lo antinatural e insatisfactorio y limitar el Ser a un ente personal que con altanería y engreimiento pretende universalizarse. ¡Despierta! Semejante actitud sólo acarrea estériles espejismos que nunca sacian la sed del que se siente abandonado en un desierto y a ellos desesperado se acerca. Mas, no hay desiertos que padecer salvo en proyecciones sin sustancia ni valor real porque el ego es en sí mismo un espejismo de ti. Ve, pues, directo a lo esencial... todo el sufrimiento que el ego imagina sirve únicamente para ver su inutilidad e inconsistencia. ReConocer esto es auténtico saber, es liberadora vivencia, es bendita certeza y vía directa que atraviesa y trasciende lo árido del propio pensamiento, para anchurarse en la Consciencia Clara de lo Inefable y alcanzar -en el presente inacabable del Amor- el Oasis de los oasis que acaba con cualquier aparente desierto que el tiempo fabricara.

KHAAM-EL



Elévate por encima de todo el trasiego mundano;
no te apegues a los sueños del tiempo
que -como espejismos que son- 
siempre te dejan sin nada,
y veras a todas esas montañas de problemas que te acuciaban
quedar atrás, 
muy por debajo del libre vuelo 
de la paz de tu Consciencia Presente.




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