miércoles, 14 de octubre de 2020

EN LA HUMILDAD EL AMOR DE DIOS NOS LEVANTA Y GUÍA

   Energetiza tu atención presente y deja languidecer toda evasión y despiste desiderativo. Tu mente se calmará y verás sutilezas que antes te pasaban desapercibidas. Entonces, y únicamente entonces, tu corazón se reconfortará y podrá reconfortar de veras. Aprende a desaprender todo lo acumulado por el ego, que aparenta poseer lo que no puede sino perder, y sabrás lo que está más allá de lo perceptivo, lo que es pleno, real e inherente al ser. Ahonda. Medita. No des por sentado nada y mira la frágil frontera de tus límites, creencias y justificaciones. Observa con ahínco allende tus expectativas e ilusiones. Abandona el orgullo de interpretar lo que supones como ciencia cierta y que sólo es erudición vana e insustancial. Permite que lo que es sea siendo aquí y ahora, sin injerencias temporarias de marchitable florecimiento. La Vida nada tiene que ver con la muerte, al igual que la luz o la felicidad verdaderas no pueden sentir oscuridad ni pesar. ¡Despertemos, amig@! Seamos consecuentes y no nos contradigamos afirmando controversias como si fueran coherencias. Aceptemos que teorizar desde la percepción de un yo limitado es errar y que de la gratitud del corazón brota la verdad que nos hace libres. No queramos tener razón en nuestras razones personales y arrodillemos cualquier pensamiento presuntuoso y egoico que quisiera ensombrecer lo más profundo, puro y brillante de nuestro alma. Arrodillemos y rindamos el ego. Es, en verdad, la postura más honrosa, la actitud más valiente y liberadora... es esta una postura interna que facilita el perdón (puede adoptarse también externamente, si gustas, pero lo sanador es, en todo momento, la honestidad interior; esa actitud humilde que no busca ser vista, enaltecida o reconocida de manera especial por los demás). Descubre, felizmente, prójimo de mi corazón, cómo estar de rodillas en la mente es alegría, ahora, aquí; y estar, ahora, aquí, de rodillas de todo corazón es paciencia; y estar de rodillas, ahora, aquí, con el alma toda es sincera gratitud; y, ahora, aquí, estar de rodillas con todo el ser es permitir que el Amor de DIOS nos levante y nos guíe apartando cualquier egoico obstáculo, eliminando de una los apegos a lo ilusorio e infundiéndonos confianza y fe inquebrantable en el retorno al Cielo que nuestro corazón anhela.

KHAAM-EL


El regalo más grande y hermoso es el que se da desde la gratitud.
Ésta actitud ante las circunstancias de la vida 
nos hace verdaderamente sencillos y humildes.
Y en la sencillez de la humildad, 
Dios nos levanta y guía de regreso a la Plenitud de Su Amor.



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