1.
Atesorar pequeñas o grandes cosas temporales endurece y envilece el corazón al confundir lo auténtico con lo irreal. Persevera en lo esencial. En un mundo delirante el cuerdo es denostado y el verdaderamente sabio, ignorado. No busques, por tanto, el aplauso general, ni mucho menos te arredres ante su abucheo o vilipendio.
2.
El Amor acaricia el alma y escuece al ego.
3.
¿Quieres de veras ser libre? No te ates a lo mundano.
¿Quieres de veras vivir en paz? No creas todo lo que se dice. Medita y conoce directamente.
¿Quieres de veras ser feliz? Álzate por encima de lo dual y vive el presente con presencia.
4.
Permítele a tu corazón todos los días cantar y volar como los pájaros para traerle al mundo triste y doliente la liviandad del espíritu.
5.
Cuando dejas de buscar lo que supones necesitas aparece lo que de verdad precisas.
6.
Atempera el ánimo y no huyas de la intimidad honesta contigo mismo. Reflexiona y conoce sin avideces ni temores. No quieras llenar tu tiempo con relaciones que te evadan de lo esencial o te privarás de la plenitud que te une con la vida toda, suponiendo que los placeres o comodidades personales son un éxito cuando son justo lo contrario; sin previo aviso, se tornan en sufrimientos e inconvenientes insospechadamente virulentos.
KHAAM-EL
Cuando lo en verdad esencial se evidencia sin tapujos
lo mundano pierde su funesto influjo.
Ese egoico percibir que mostraba lo vano como mollar,
lo equivocado como verdadero,
lo doloroso como placentero,
lo mortal como viviente.
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