lunes, 5 de octubre de 2020

EN LO INTERIOR ENCONTRAMOS LO DIVINO


Ansiabas la Verdad y te lanzaste en su busca...
Escalaste montañas y atravesaste valles,
surcaste océanos, dejaste atrás ciudades
y no te arredraste ante los desiertos;
descendiste los abismos más profundos
e intentaste alcanzar las estrellas...
buscando en todo ello no sabes muy bien qué
ni siquiera para qué.
Todo se volvió finalmente frustrante,
cansino, insignificante, descorazonador,
caóticamente reglado en su paradójica relatividad.

Frena tu avidez de consecuciones personales.
¡Sí, detén tu frenesí! Ahora. Aquí.
Busca únicamente la Verdad en lo más hondo de lo profundo,
en lo más mollar de tu consciencia,
en lo más recóndito de ti...,
y te toparás con el Amor de DIOS,
con la plenitud esencial de la Vida...
Sí, Búscalo sólo a Él en la consciencia silente,
en la no conceptualización de lo percibido,
en la intimidad de lo inmediato,
puesto que lo inefable nunca te ha sido distante.

Mira tu mirada desde lo profundo...
Ahonda en tu corazón con corazón...
No te distraigas con el neón de las salas de fiesta
o con los fajos de billetes, la fama, el mérito o el poder;
que no te desvíe la pasajera lozanía de la carnal belleza
ni el placer sensorial o intelectual de adictivo hastío.
Has besado labios que tras el primer dulzor
te dejaron solo y en amargura.
Has comprado cosas llamativas que en realidad no necesitas.
Has hecho mil esfuerzos por una palmadita en la espalda
que nunca compensa lo sacrificado.
Has inventado mil estrategias que al poco te hacen morder el polvo.

No te disperses con supuestos creídos ciertos
que conducen a amplios yerros.
Reconoce el error y enmienda.
Permanece atento al camino estrecho
que conduce a la Verdad y la Vida eterna.
Aunque sea arrastrándote,
no te pares a recoger las migajas del mundo;
no suspires por sus trofeos
ni pretendas salir victorioso como un césar.
El poderío del mundo es volátil
y la desazón que provoca inmensa.
Busca sólo el Amor de DIOS.
Sumérgete en las profundidades de lo abisal en ti
No te vuelvas hacia la superficie... ahonda... persevera.
No rechaces mirar a lo grotesco en tu interior.
En lo más profundo hallas lo infinito.
Sorprendente. Milagroso.
Tu alma, el alma de todos,
es el Amor de DIOS que tanto anhelas... que tanto anhelan.
No hay distancias en lo inconmensurable.
De lo más elevado se ha de descender
para compartir lo sencillo y amoroso.
Escala la murallas defensivas de la congoja y el recelo,
de la opresión, la incertidumbre y la estúpida vanagloria;
y, con fe, entra en la Ciudad Santa del corazón enamorado,
para poder estar siempre con DIOS
al unirte a tu prójimo en esencia, realidad y pureza;
nunca en apariencia, ensueño e ignominia.

No caigas en tus propias trampas egoicas.
Si piensas que aun no Lo has encontrado,
por favor, no te quejes ni te justifiques;
no te amilanes ni te desesperes.
Sigue perseverando en Su busca...
Sé fiel y constante en tu determinación por lo santo y eterno.
Camina hasta el final sin imaginar como será...
tú sólo camina... camina... camina....
corre, vuela incluso, libre de los grilletes que te sujetaban.
Lleno de confianza en el despliegue de la vida
los pensamientos de dolor son vencidos por Su gracia,

No justifiques tus justificaciones egoicas.
Si crees que aun no Lo has encontrado
comparte con alegría tu búsqueda infatigable.
Toma tus miserias, tus culpas, tus vergüenzas, y dáselas a Él.
Su misericordiosa respuesta no se hará de rogar
porque DIOS siempre te ha estado esperando en lo más íntimo de ti.
Díselo a todos: ¡DIOS vive en nosotros!
Consumarás, así, siempre ahora,
ese inevitable encuentro interior con la infinitud del Ser
que, de súbito, en la pureza del alma iluminada,
te recuerda la plenitud del Espíritu en Su perfecto Amor.

KHAAM-EL



Si buscas la Verdad de verdad 
y aun no la has encontrado, 
búscala en tu interior,
en lo más hondo de lo profundo.
No te demores...
y lo Divino te revelará tu inmortal esencia.



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