Quien tenga comprensión que comprenda, toda auténtica esperanza se consuma en un aquí y ahora que, en la inefable cualidad espiritual vislumbrada, trasciende el mundo en un instante que se traga el tiempo todo como un desagüe el agua que a su vera discurre... Todo lo real es puro e inmancillable, únicamente lo ilusorio asoma vil y marchito. El Amor en Su plena justicia, por sí mismo es dación y recompensa, multiplicidad indivisa, sincronicidad bienaventurada, Divina Unicidad esplendorosa y sin ocaso, pues en lo real (por pleno) nada falta, nada sobra. Por esto, el fin de las ilusiones temporal/formales, y su retorno a la Indivisible Comunión del Amor, es ya antes de su aparatoso surgimiento.
KHAAM-EL
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