HUMILDE ESTANCIA EN EL MUNDO

 Mientras hollemos este lábil mundo, de niños a ancianos vamos creciendo, hasta, como tenaces polluelos, alcanzar el firme vuelo eterno del Espíritu.

    Del cascarón roto surge la pasión de vivir, la humildad de aprender, la alegría de compartir, la esperanza de realizar la venturosa liberación del continuo y sincrónico suceder del alba al ocaso y del ocaso al alba... Justo ahí, donde el Amor ofrece y acoge lo intemporal en un confiado y bellísimo encuentro con la paternal gracia de Aquél que tiene las llaves del Reino Celestial, brilla la sencilla aura de lo santo, indicándonos como batir las alas de la voluntad sin caer en las ávidas tretas del mundano engaño y comulgar, seguro así, en la inmensidad de DIOS.

KHAAM-EL