Hay que vivir desde el Espíritu y seguir, con Él, la senda del Amor, de la Verdad y de la Vida Eterna. Dar testimonio de Él, no sólo de palabra sino también (y sobre todo) de obra; renunciando ante las vicisitudes, oprobios y calamidades al cómodo y miedoso egoísmo. Y, muriendo al yo, despertar al Nos, resucitando así de entre los muertos... Viviendo de ahora en adelante en la comunión de almas, palpitando en la unicidad de fraterno propósito, siguiendo a la Luz Pura que desde lo hondo, liberándonos de las incisivas y férreas garras de la muerte, nos saca de las tinieblas del tiempo y sus vanas formas.
No estar Despierto al adormecedor discurso mediático/mundano que se pavonea y autodenomina 'despierto' es caer hipnotizado a los pies de un cúmulo de falacias que se defenderán como verdades, un anublarse el entendimiento seducido por una barahúnda de confusas contradicciones aceptadas como claras y coherentes, un sucumbir sugestionado a una pléyade de falsos derechos que cercenan (o directamente suprimen) los auténticos, e, inducido a un sistemático olvido de los deberes básicos que nutren el genuino bien común (en el que uno mismo siempre está incluido), desmoronarse en un tremendo desfallecer surgido de aceptar como ideal una egoísta exaltación de la satisfacción propia a costa, si fuese menester, de aquellos que arbitrariamente sean considerados una rémora o un obstáculo; en definitiva, un esencial claudicar subyugado al mal superficialmente revestido de bien... un camino al infierno arteramente dignificado como más divino que lo Divino... una nada queriéndolo todo... una aberración pretendiéndose digna... la peor de las miserias y la más nefasta de las actitudes ensoñándose opulencia y urbanidad... un negar a DIOS VIVO por entronizar lo meramente físico... un morir sin resurrección (apegados al regreso de la carne) al haber minusvalorado y relegado el Amor Infinito, considerando el cuerpo/intelecto como la verdadera y más importante identidad.
KHAAM-EL
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