lunes, 26 de febrero de 2024

EL EGO YERRA, EL ESPÍRITU SABE

    Errar apesadumbra e inquieta, condiciona, culpa y azora. Reconocer la equivocación y rectificarla, contenta y sosiega, libera, perdona y honra. Ninguna presunción o suposición atina, aunque acierte: su base es endeble, temporal e imprecisa; luego sus resultados, también. Y en esa base que nada sostiene, se basa el ego para subsistir. Urge, por tanto, desatender las exigencias del ego, atendiendo las inspiraciones sutiles, sabias e incondicionales de lo esencial y eterno, de la clara guía de la paz de espíritu que todas las artimañas egoicas enfoca, desbarata, perdona y corrige.
    Tomemos consciencia; substancial consciencia; pura y sagrada consciencia plena. El ego apresa, engaña e impera mediante presunciones, comparaciones y juicios, que usan el miedo y la avidez como cebos. Mas, en cuanto la presunción para, el error acaba, cuando la comparación cesa, la liberación llega, y en cuanto los juicios callan, el amor habla.

KHAAM-EL


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