Nada que temer, nada que anhelar, nada que impugnar, en este mundo temporal. Más allá de todos los sueños, incertidumbres y expectativas, más allá de todos los sufrimientos y goces, más allá de lo imaginado e imaginable, más allá de especiales tiempos futuros que satisfagan, subsanen o defrauden particulares pasados, aquí y ahora, para ti, para mí, para todos, Lo Inefable sólo espera nuestra sincera aquiescencia para revelarnos la Amorosísima Plenitud Intemporal de Ser, en Espíritu y en Verdad, Indivisos de DIOS VIVO.
KHAAM-EL
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