domingo, 18 de febrero de 2024

POR LA LUZ DEL ESPÍRITU, EL EGO SE DESVANECE EN SU NADA


    E
n su ilusoria urdimbre, el ego interfiere en el avance a la Luz y la Vida en Plenitud porque, con engreída pequeñez de fingida amigabilidad, quiere enseñarnos a que aprendamos a considerar y mostrar que él es real: que lo falso puede ser cierto; que retener, controlar y dominar, vence, asegura y empodera, cuando ofrece justo lo contrario; que lo imposible tiene existencia y prevalencia aparte de lo existente; que las dificultades pueden hundirnos; que lo separado e interesado puede amar, lo resentido justificarse y la envidia tramar; que lo temeroso protege y puede llegar a ser valeroso, cuando daña y anula; que lo insustancial es relevante; que lo pasajero es lo auténtico y que el cuerpo/mente importa tanto o más que el Espíritu. Un absurdo intentando arteramente ocultar la Verdad. Un falso constructo mental que apegado a lo carnal insiste que él eres tú, yo y todos en mortal y alejado vivir. Un delirante pensar insistiendo en que el ego y el espíritu pueden crecer y colaborar juntos, cuando son como el aceite y el agua, como los sueños y la vigilia, como el desierto y la selva, como la lluvia torrencial y el luminoso ardor del sol anticiclónico.
    Más, no temamos ni nos dejemos engatusar. Libres somos para renunciar al ego y sus seductores mensajes de ambivalente directriz (unas veces nos infla el ánimo como un globo, para al poco, implacable, pincharlo en circular trampa). Pues, sí, libres somos para, gracias a la meditación y plegaria honesta, humilde e íntegra, perseverar en el propósito irrevocable del descubrimiento del Vero Amor. De ese Amor, envuelto en una paz y bienaventuranza indescriptiblemente consistente e inequívoca, que nos ofrece todo lo necesario para redescubrir nuestro genuino ser, eterno, pleno, jubiloso, en unicidad con DIOS VIVO y en comunión con la vida toda. No habrá más trompicones en nuestro humano tránsito, ni la inestabilidad se adueñará de nuestro ánimo... Una confiada y prodigiosa despreocupación obrará, de seguro, milagros en nuestra inevitable ascensión a la gloria del Padre Celestial, del Absoluto sin opuesto, del nirvánico estado de inacabable 'no ego'. 
    Profundicemos por tanto en lo esencial, desatendamos lo temporalmente distractor y encontremos en el núcleo mismo del alma la santa bendición que jamás perdimos ni se nos retiró. ¡Despertemos de la egoica ilusión tramposa! Volvamos a vivenciar en CRISTO (genuino Maestro hasta el fin del tiempo), aquí y ahora, la Luz que somos por la Luz que nunca pudimos dejar de ser (Divina Unicidad). ¡Bendiciones! ¡Aleluya! La Luz siempre estuvo en la Luz, porque la oscuridad nunca en ella cupo... Inapagable Amor DIOS ES; y el ego, nada.

KHAAM-EL


No hay comentarios:

Publicar un comentario