miércoles, 10 de abril de 2024

DENTRO DE LO SUPERFICIALMENTE PERCIBIDO, PALPITA LA AMOROSA PLENITUD ESENCIAL

    El interior de los días rebosa de horas sucediéndose con todo tipo de circunstancias y emociones: bonanzas, neblinas y tempestades, lágrimas, enfados y risas, tedios y aventuras, franquezas e insidias, accidentes, enfermedades y sanaciones, reyertas, abrazos y desplantes, nacimientos y óbitos. Un abigarrado 'totum revolutum' que hilvana un humano 'continuum de conciencia', obvio para quienes estén atentos a la atención misma y oculto para quienes se pierden en egoicas interpretaciones que ven sin ver y oyen sin atender. Porque, más allá de la noticia, de cualquier noticia, abarcándola, está la escondida confluencia de múltiples factores desencadenantes de hechos aparentemente inexplicables unos, esperados otros, intolerables algunos y plausibles los demás, pero ineludibles en su conjunto por el vibrante fondo vital preexistente en todos ellos.
    Nada hay irrelevante, todo es igualmente importante para que desde lo imperceptible lo percibido por la generalidad de las gentes sea notado. Las historias dentro de la Historia, anónimas la mayoría, son en sí mismas la verdadera Historia (que se ignora por interpretarlas sesgadamente), cual invisibles y poderosos vientos modelando las olas que coronan la superficie del mar.
    Más, en el hondón de los hechos surgidos del interior de las horas y de sus escurridizos minutos, palpita el meollo que se manifiesta en el mundo. La dolorosa esclavitud al sufrimiento puede, en consecuencia, terminar definitivamente por la consciencia plena de la irrompible interconexión viviente, porque comprender en profundidad es rectificar totalmente ("Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres". Juan 8, 32). Cambiando la manera de pensar-nos, de ver-nos y de relacionar-nos con uno mismo y con el prójimo, al tomar consciencia de la consciencia gracias a la meditación y la plegaria sinceras, a la humildad de no erigirnos como un especial e implacable centro de juicio y expectativa, pasamos del egoísmo al amor, de la frialdad calculadora y del rechazo a la calidez espontánea de lo compasivo, de las mentiras interesadas a la verdad unificadora, de la competitividad peleona a la paz íntima y fraterna, de la tristeza y la rabia a la alegría y la aceptación, del apego carnal a la libertad espiritual, de lo meramente mundano a lo esencialmente divino, y del tiempo y sus muertes a la plenitud de la vida eterna.

KHAAM-EL


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