Lo perenne santifica lo cambiante, renaciendo invicta la vida.
No hay primavera sin otoño, ni verano sin invierno.
Por dilatadas e invernales que sean las noches
en la alborada regresa, invariable, el sol.
El Universo entero del Espíritu viene y a Él regresa.
Innumerables mundos surgen y se desmoronan.
Carnes, sangres y sueños nacen y perecen...
mas, el Espíritu Puro pervive incólume.
El Amor y la Dicha son genuino Bien,
la Paz del Alma seguro patrimonio
y la Plenitud nuestra esencia...
DIOS ES.
Khaam-El
No hay comentarios:
Publicar un comentario