El Amor de DIOS acoge y restaura al corazón quebrantado y compungido, y, misericordioso, Su Plenitud le revela y ofrece; pero a quien en sus personales razones se empecina, paciente espera a que en la notoria mala cosecha, tras la mala siembra de carnales deseos y acciones egoístas, elija de nuevo, y pueda -humilde- ver, aceptar y escoger el Camino de la Luz, del Amor y de la Eterna Vida del Espíritu. Por eso, los milagros reparan flaquezas e iluminan tinieblas, mas nunca alientan vanidades ni refuerzan rencores.
KHAAM-EL
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