No hay tribulación ni penuria en el mundo que duren para siempre, y cuando llegue el tiempo de trascender el tiempo cada cual recogerá en su justa e inequívoca medida aquello que desde lo secreto de su corazón al prójimo le ocasionó. De ahí que (porque quien a DIOS sincero honra, a todos amará cual uno) ante la injusticia se nos exhorta tener misericordia y frente al mal responder con el bien. Pues, quien en el ego se empecina y sus rutas y objetivos especiales alaba, combatiendo con ellos temporalmente exitoso a costa del prójimo, en sus propias mentiras y engaños finalmente se extraviará y fracasará. Mas quien da, tendrá; quien perdona, será perdonado; quien conforta, será confortado; quien antepone el bien común al propio, será santificado; quien la Verdad anhela y pide de corazón, el Amor y la Paz de Espíritu harán morada en él; y quien arrepentido de veras de sus yerros y egoísmos humilde rectifica el rumbo y sus acciones enmienda, las puertas del Reino de los Cielos tendrá abiertas... Y el desierto de un mundo caduco y carnal reverdecerá en eterno y espiritual vergel.
KHAAM-EL
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