Sin humildad nos perdemos agobiados en la vorágine de la nada pareciendo algo, de lo banal semejando importancia, de lo funesto fingiéndose propicio, puesto que la hondonada de los siglos, impertérrita, engulle las más altas cimas del orgullo deshaciendo carnes y desvaneciendo temporarios sueños. Haciéndose aquélla más y más profunda conforme individuos y aconteceres se suceden unos a otros en colorida y letal cabalgata. Agotadora cabalgata ésta que, con inexorable precisión, en la ávida concavidad del nicho termina... Lo que hoy es tenido por importante, mañana se considera nimio; días o meses después ya es lejana e imprecisa su memoria, que en el isócrono desfile de las estaciones, década a década sumándose en siglos, deviene en polvo, cenizas y olvido.
Sólo lo vivido con Consciencia y Amor, con esencial y humilde convivencia de Corazón a Corazón, del Alma a Alma, sin expectativas especiales ni vanos temores, otorga liviano lo perenne, sagrado e inolvidable merced a la eterna transparencia Divina que las articula, significa y trasciende; abarcando cimas y honduras, orgullos y vergüenzas, euforias y depresiones, relumbrones y sombras, creencias y patrañas, tesis y antítesis, conceptos e imágenes de caduca hechura, placeres y dolores, instantes y eones, primores y fealdades, opulencias e indigencias, lozanías y achaques, vidas y muertes... Libertándonos, de cierto, del egoico apego a la carne y el tiempo según nos retorna el Amor Crístico (Puro y Consciente), allende todos los siglos y sus aconteceres, a la intemporal plenitud del Espíritu, a la gloria de DIOS VIVO.
KHAAM-EL
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