Al igual que no todos los poemas hablan de amor, tampoco todos los besos lo expresan; pues en un mundo de intereses separados -e incluso enfrentados- las codicias y rivalidades, con hábil recurso egoísta, se camuflan como afectos procurando obtener así sus anhelos y sueños.
Quien despierto vive sabe de esos afanes distorsionados de los sueños y que en ellos, muchas veces, nada es lo que parece. Sólo la Verdad -por su plenitud- discierne lo esencial e invita claramente a la unicidad en Espíritu: a que lo importante es el fondo y no la forma, la genuina intención y no el teatro, la rectitud fraterna y no el capricho personal, la generosidad y no el cálculo, la luz y no las sombras, el bien general y no el de un particular o un bando, lo eterno y santo y no lo temporal y mundano.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario