viernes, 29 de abril de 2022

LUZ INTERNA DE PLENITUD DE VIDA

 
    Vivir superficialmente es suponer en vez de saber, buscar la paz de conflicto en conflicto, vencer para caer derrotado, reír para llorar, ansiar la amistad lleno de recelos mientras se pretende el amor con egoísmo, acumular para perder, cavilar para fracasar...; resumiendo, un colosal despropósito hecho de múltiples propósitos contrapuestos. Ciertamente, todo cambio definitivo ha de surgir de lo más hondo de la consciencia. Querer cambiar las cosas sin cambiar uno es esfuerzo inútil e incoherente tarea, porque siempre que se repiten patrones de pensamiento se reiteran los mismos hechos y, por ende, iguales sensaciones y sentimientos. En consecuencia, tiene que darse lo que se anhela y no procurar conseguirlo cicateramente. 
    Aquello que se ofrece y comparte sin exigir nada a cambio acrece el bienestar íntimo del Alma. Para conocer, ahondar, meditar, aprender con humildad, con atenta mirada y receptiva escucha; para la paz, estar en íntima quietud y ecuanimidad; para no sentirse derrotado, no luchar, no imponer ni exigir; para no vivir anegado por el llanto, consolar y alentar; para sentirse amado y seguro en lo fraterno, amar y ayudar de corazón sin expectativas; para tener, compartir generosamente; para triunfar, confiar en la Providencia actuando con rectitud y compasión, y no temer a los obstáculos, vicisitudes y calamidades que el egoico razonar del mundo trae. Si cada uno realizáramos lo antedicho, de seguro, la luz interna de Plenitud de Vida cambiaría para bien las cosas que percibimos sin especial esfuerzo, sufrimiento o reproche alguno. Porque un sincero propósito unificado de Verdad y Amor obra milagros: sana relaciones mórbidas, repara corazones rotos, calma mentes desasosegadas, desvanece miedos y destruye la muerte con la resurrección del Espíritu.

KHAAM-EL


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