Los arroyos brotan de diferentes manantiales, confluyendo a su tiempo en una misma corriente que acrecienta el empuje a desembocar -indivisos- en el mar... Un mar vasto e inconmensurable de inagotable llenura. De igual manera nosotros, los seres humanos, unidos en un mismo propósito espiritual, provenientes de diversos lugares y ambientes, en el momento oportuno convergemos en una misma sagrada convicción que nos impulsa, por un consciente desprendimiento del mero interés personal, a un inefable encuentro con la infinitud del Ser, con la plenitud del Amor de DIOS, con la eternidad bienaventurada en Cristo, con la Vida Una que sacia para siempre toda hambre y toda sed de Verdad, Paz y Plenitud fluyendo en nuestro, ahora, inseparable Corazón.
KHAAM-EL
En todas partes, la corriente del Amor de DIOS nos plenifica.
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