LA VERDAD DEL AMOR NOS LIBERA DEL EGO Y SU MALICIA

    Sin Amor no hay Verdad porque quien guarda rencor en su corazón y alienta animadversiones engorda al ego y deja famélica el alma. Y el ego, en su interés particular de  especial gloria, es mentiroso, teatrero y malintencionado, confabulador y traicionero, tramposo embaucador, desconfiado y altanero. No prestarle atención ni seguir sus resentidas y resabiadas indicaciones, lo mata de hambre en la misma proporción que el alma recobra su amoroso vigor en la plena veracidad de la Divina Unicidad con la que Espíritu de DIOS crea, se extiende y vivifica eternamente. Sí, prójimo de mi corazón, el Amor es el pan de Vida Eterna que baja del Cielo, como nos dijo Jesús de Nazaret; quien de él come no vuelve a tener hambre de Vida ni horror al fin de la carne, conoce la Verdad que le libera de los férreos grilletes con que el diabólico ego -en su maligna vanagloria- lo aprisionaba y vivencia la bienaventurada comunión con la gloria del Santo de lo santos.

KHAAM-EL