Me extraña la ofuscación con que se adhiere la mente al sufrimiento, pudiendo liberarse definitivamente de él no validando los falaces postulados sobre los que se asienta.
Puesto que no es extraño extrañar la intemporal e incondicionada naturaleza esencial en una condición sinsustancia a la que el tiempo avasalla, invitando tal índole a una toma de consciencia de la consciencia misma que posibilite un despertar de la inercia de lo supuesto, se hace patente y notorio lo extraño de la indecisión cerval al honesto y directo ahondamiento en el meollo de la cualidad de ser, con la que, por la lamentablemente muy extendida pasividad de una humanidad adormilada, se suele posponer -sino invalidar- la realización del desapego a semejante estado condicionado.
KHAAM-EL
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