jueves, 18 de mayo de 2023

LOS MÁS BELLOS COLORES DEL ALMA


    Toda forma, con sus desgajados contornos y su colorido particular, deforma lo sin forma en una apariencia temporaria que tizna la intemporal albura de lo esencial con los engañosos y superficiales ropajes carnales.
    Mas cuando las tonalidades del alma, en lugar de querer dibujarse y embellecerse por encima de los demás (afeando lo ya, en su unicidad, de por sí hermoso), rectifican su ansia de resalte por mutua combinación, tiñen de armoniosos panoramas el común transcurrir de las horas, conformándolas -como si nada- en días que devienen en meses y estos en años que van sumando décadas con las que, sin vanas pretensiones, culminar un hermoso mural en la esfera finita cubierta por la alba bóveda infinita que nos inspira y alienta, trazándose así, milagrosa y felizmente, una senda de inefable e inevitable bendición, un seguro camino a la Luz prístina y radiante del Espíritu. 
    Porque en cuanto los pinceles del alma, sabiamente conjuntados, colorean bellas y honestas relaciones, éstas despiertan la consciencia hasta el cenit cognoscitivo, hasta esa certeza allende los conceptos y las conjeturas, sabiendo uno sin injerencia alguna de nuestro inefable existir en comunión.
    Se expande y clarifica entonces, sin perturbadoras objeciones conceptuales, nuestro ser pretérito, actual y por venir... El cosmos es vivenciado, de nuevo, fluyente e ilimitado como un sagrado todo vacío de escisiones, en el que todos -libres del espejismo de la carnal división- somos sin fin.
    La lacerante ficción del ego creída realidad se desmorona. El sutil Espíritu Indiviso, consciente esencia per se, fúndese extasiado en el colectivo y colorido pensamiento de las almas todas danzando en el trasparente lienzo de la eternidad, trascendiendo el ciego humano instinto, como si de un humilde trebejo de ajedrez se tratara y que -por la gracia- puede al fin vislumbrar su propio y ajeno sino entrelazado con el movimiento de una partida mayor a su exigua posición, comprendiendo la partida entera y su inocente e incruento despliegue esencial... descubriendo el juego de un aparente enfrentamiento como un sincrónico baile de ideas, que una vez realizadas descansan en una visión más amplia que antes de ser realizadas. Ahora se presiente al universo conscientemente dirigido para bien, aunque a uno por un tiempo en el tiempo no se lo parezca, comprendiendo a la totalidad de las almas como una en la gloria de la Divina Unicidad, reconociéndonos como hermanos de luz aun en las tinieblas y los aparentes enconos que vienen y van, amándonos otra vez como antes del ego y su temporal esfera.
    ¡Bendiciones! ¡Aleluya! Allende el supuesto enojoso error de lo malvado, de lo enfermizo y de la muerte, el Amor del Sumo Hacedor, de DIOS MISMO, nos regala Plenitud y Vida Eterna según decidimos en el despliegue del juego de la humana vida colorearla con las tonalidades de la bondad, de la generosidad, de la humildad y del olvido de sí (los colores más bellos del alma). Recordando paulatinamente, con tales pinceladas, nuestro níveo brillo original presuntamente entenebrecido... El hijo pródigo regresa a casa; y, una vez en ella, la partida acaba y la plétora del Espíritu se renueva con mayor fulgor si cabe.

KHAAM-EL

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